Construcción de puntos de acceso al agua, organización de huertos comunitarios equipamiento de centros de salud. Estos son algunos de los logros del Movimiento por la Paz en Mali.
Estas son algunas de las cosas que junto a nuestros socios locales hemos conseguido con nuestro trabajo en Mali.
Soberanía alimentaria
- Apoyo a alrededor de 1.200 hogares vulnerables para la producción de grano a través de bancos de semillas, formaciones en agricultura ecológica, fondos rotativos de crédito para la compra de materiales y herramientas agrícolas, aumentando su productividad una media del 15%.
- Puesta en marcha de 22 huertos comunitarios en beneficio de más de 1.700 mujeres del mundo rural e integración de las verduras en la dieta cotidiana de los 1.700 hogares beneficiarios.
- Apoyo a alrededor de 390 productores ganaderos en la mejora de su productividad ganadera, mediante formaciones y construcción de infraestructuras.
- Puesta en marcha de actividades generadoras de ingresos (avicultura, transformación de verduras, engorde ovino) para alrededor de 300 mujeres con una media de 60 euros de ingresos por mujer.
- Disminución en 3 meses del periodo de carencia alimentaria para más de 300 hogares vulnerables a través de 6 bancos de cereales.
Agua, higiene y saneamiento
- Construcción de 4 puntos de agua modernos, que han beneficiado a más de 1.200 hogares y realización de 8 accesos de agua potable en centros de salud y maternidades.
- Educación sobre agua, higiene y saneamiento de estas poblaciones mediante metodologías participativas.
Salud
- Equipamiento médico de 4 Centros de Salud.
- Aumento en un 36% del parto asistido en 4 áreas sanitarias del Círculo de Kita.
- Facilitado el acceso al agua potable en 8 dispensarios, maternidades y Centros de Salud.
- Reforzada la gestión comunitaria en 4 áreas sanitarias, y, por tanto, la sostenibilidad financiera de los Centros de Salud.
- Puesta en marcha de 20 hogares de rehabilitación nutricional que han atendido a más de 400 niños y niñas con malnutrición moderada.
- Sensibilización de la población en materia de planificación familiar, mutilación genital femenina, prevención del paludismo y otras enfermedades diarreicas, etc. Alrededor de 100.000 personas sensibilizadas
Habla Nuestra gente
Con las sequías, ciertos cultivos no terminan su ciclo y se producen numerosos casos de abandono de superficies cultivadas porque el suelo se seca. Muy pocas familias pueden cubrir sus necesidades de alimentos con lo que sacan de su cosecha. La población tiene hambre y continuará teniendo hambre. Todo se agrava porque el precio de los cereales sube mucho. Algunas familias están tirando de sus pequeños ahorros, vendiendo sus medios de producción o solicitando el apoyo de la diáspora, una ayuda que ha quedado mermada por la crisis económica en Europa.
Para nosotras, las mujeres de Farena, el perímetro hortícola es la fuente de salud de la población. Aquí es donde podemos cultivar. Los productos hortícolas nos ayudan a reducir la incidencia de las enfermedades relacionadas con la malnutrición debido a la diversificación y la riqueza de la dieta. Además, la horticultura ha reducido considerablemente la tasa de desempleo especialmente entre las mujeres. El perímetro hortícola está dividido en parcelas. Cada unidad la trabaja una mujer de una familia distinta, así aseguramos que todas ellas tienen un espacio adecuado y suficiente para cultivar. Las semillas se obtienen a través de la contribución individual de todas y cada una de las agricultoras, a un precio de 300 francos CFA por 10m2 y una cuota mensual de 250 francos CFA por mujer (al cambio, 0.40€).
La mayoría de las mujeres nos ocupamos de actividades rurales, y el comercio de cereales es una de nuestras principales fuentes de ingresos. En años cuando la cosecha es mala, durante meses no tenemos nada con lo que alimentarnos. Por eso, también nos dedicamos al cultivo de hortalizas, para diversificar nuestras fuentes de ingresos y de alimentación. Trabajamos duro, junto con organizaciones como el Movimiento por la Paz, para mejorar esta labor.
La mutilación siempre había sido un tabú en el pueblo, nadie quería oír hablar de ello. Poco a poco creamos grupos de discusión para hablar abiertamente sobre las consecuencias de la escisión genital en la mujer, tanto en su salud en general como en el embarazo o el parto, y ver la posibilidad de abandonar la práctica. Hace ya más de dos años que no se practica la escisión en el pueblo. Es una decisión firme que no tiene marcha atrás.