Tras más de 50 años de conflicto armado, la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno colombiano y las FARC supone un gran paso adelante en la construcción de una paz real y sostenible en el país.

Hoy todas las miradas de la comunidad internacional están puestas en Cartagena de Indias, donde se va a celebrar el acto en el que Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, y Rodrigo Londoño (alias Timochenko), líder de la guerrilla de las FARC, firmarán el acuerdo por el que se pondrá fin a un conflicto que ha causado más de 8 millones de víctimas reconocidas por el Estado, 220.000 personas asesinadas, 50.000 desapariciones, elevados índices de violencia sexual y más de 6 millones de personas desplazadas.

La firma del Acuerdo, que deberá, no obstante, ser refrendado por la ciudadanía colombiana en el plebiscito previsto el próximo 2 de octubre, debe ser el comienzo de una nueva época en Colombia. Un nuevo tiempo en el que se dejen atrás los 52 años de conflicto y se asienten unas nuevas bases para la solución pacífica de los conflictos y la convivencia pacífica de la población.

Desde el Movimiento por la Paz somos conscientes de los numerosos retos que aguardan en el camino hacia la paz (pervivencia de estructuras paramilitares y de bandas criminales, violencia contra defensoras y defensores de DD.HH., narcotráfico, necesidad de mecanismos de seguimiento de la implementación de los acuerdos de paz, etc.), pero hoy asistimos a un hito histórico que nos llena de optimismo y que refuerza nuestra convicción de que la paz no solo es posible, sino que está cada día más cerca.

Por ello, como organización presente en Colombia desde 1997, celebramos la firma de los Acuerdos y emplazamos, una vez más, al conjunto de actores nacionales e internacionales a seguir trabajando por una paz verdadera y duradera, en la que se aseguren la justicia social, la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición.