Vivo en una zona muy alejada de Beirut donde el acceso a servicios básicos siempre ha sido muy limitado. Al haber sufrido la polio de pequeña entiendo mejor los obstáculos a los que se enfrentan las personas con discapacidad. La educación es el remedio. Asistí a una formación del Movimiento por la Paz y ahora mi trabajo consiste en hacer un seguimiento en casa a personas con discapacidad. Por ejemplo, enseño técnicas de rehabilitación básicas en el hogar, sobre todo a mujeres, sobre quienes recae la responsabilidad de cuidar a los menores.