En Mali nos movemos para defender el Derecho a la salud alimentación .
El Movimiento por la Paz -MPDL- está presente en el territorio maliense desde el año 2006, para contribuir a la mejora de la situación del país.
Situación del país
En Mali se constatan importantes progresos respecto a la erradicación de la pobreza, pero quedan retos por delante. Leer más...
Líneas de trabajo
Nuestras líneas de trabajo en Malí están en consonancia con los derechos que defendemos: salud, agua y alimentación. Leer más...
Nuestros logros
Entre otros, construcción de puntos de acceso al agua, organización de huertos comunitarios o equipamiento de centros de salud. Leer más...
Nuestra ONG trabaja a través tanto de acciones que buscan atajar la pobreza estructural de las poblaciones como de acciones que buscan fortalecerlas en la gestión de las crisis periódicas tanto como consecuencia de factores climáticos, como políticos o desastres naturales.
Habla Nuestra gente
La mutilación siempre había sido un tabú en el pueblo, nadie quería oír hablar de ello. Poco a poco creamos grupos de discusión para hablar abiertamente sobre las consecuencias de la escisión genital en la mujer, tanto en su salud en general como en el embarazo o el parto, y ver la posibilidad de abandonar la práctica. Hace ya más de dos años que no se practica la escisión en el pueblo. Es una decisión firme que no tiene marcha atrás.
Para nosotras, las mujeres de Farena, el perímetro hortícola es la fuente de salud de la población. Aquí es donde podemos cultivar. Los productos hortícolas nos ayudan a reducir la incidencia de las enfermedades relacionadas con la malnutrición debido a la diversificación y la riqueza de la dieta. Además, la horticultura ha reducido considerablemente la tasa de desempleo especialmente entre las mujeres. El perímetro hortícola está dividido en parcelas. Cada unidad la trabaja una mujer de una familia distinta, así aseguramos que todas ellas tienen un espacio adecuado y suficiente para cultivar. Las semillas se obtienen a través de la contribución individual de todas y cada una de las agricultoras, a un precio de 300 francos CFA por 10m2 y una cuota mensual de 250 francos CFA por mujer (al cambio, 0.40€).
Con las sequías, ciertos cultivos no terminan su ciclo y se producen numerosos casos de abandono de superficies cultivadas porque el suelo se seca. Muy pocas familias pueden cubrir sus necesidades de alimentos con lo que sacan de su cosecha. La población tiene hambre y continuará teniendo hambre. Todo se agrava porque el precio de los cereales sube mucho. Algunas familias están tirando de sus pequeños ahorros, vendiendo sus medios de producción o solicitando el apoyo de la diáspora, una ayuda que ha quedado mermada por la crisis económica en Europa.
La mayoría de las mujeres nos ocupamos de actividades rurales, y el comercio de cereales es una de nuestras principales fuentes de ingresos. En años cuando la cosecha es mala, durante meses no tenemos nada con lo que alimentarnos. Por eso, también nos dedicamos al cultivo de hortalizas, para diversificar nuestras fuentes de ingresos y de alimentación. Trabajamos duro, junto con organizaciones como el Movimiento por la Paz, para mejorar esta labor.