21S: Las personas y el planeta en el centro

Vivimos tiempos convulsos, acentuados por el impacto de la guerra en Ucrania, las consecuencias de la pandemia COVID-19 y la conjunción de diferentes crisis –climática, alimentaria, económica, política, social e institucional- en el mundo. Un mundo donde escenarios de violencias previas se han acentuado y otros nuevos han surgido, donde urge actuar frente al cambio climático y frente al modelo energético global.


La guerra en Ucrania, la situación en Afganistán, el asesinato de líderes y lideresas indígenas en Colombia, las muertes a las puertas del viejo continente, el impactante crecimiento de la extrema derecha en Europa… continúan siendo el símbolo palpable de la violencia más extrema.

A su vez, el retroceso en derechos de las mujeres en diferentes países, el aumento de la pobreza y la escasez alimentaria, del odio en sus distintas formas, del racismo y la xenofobia… son también violencias y vulneraciones de los derechos más básicos. Este año, además, se ha alcanzado el máximo histórico de personas refugiadas y desplazadas forzosas en el mundo, superando los 100 millones.

Por todo ello, no cesamos de repetir que la paz es mucho más que la ausencia de guerra, porque las desigualdades e injusticias estructurales o la destrucción del medioambiente son violencia.

Una sociedad no puede vivir en paz si la ciudadanía que la compone hace frente a violencias en sus distintas formas, si vive en situación de vulnerabilidad, si no se garantizan sus derechos y si el medioambiente en el que habita y sus recursos están siendo agotados. En un contexto tan volátil e incierto como el actual, es necesario poner a las personas y al planeta en el centro.

En el Movimiento por la Paz -MPDL- sumamos esfuerzos para trabajar incansablemente en la construcción de paz a través de la protección de derechos, la convivencia pacífica y la incidencia política en España y en 11 países de África, América Latina y Oriente Próximo.