120 millones... Ese es el número de personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares a fecha de mayo de 2024. Es una cifra récord que refleja la grave situación de millones de personas que huyen de persecuciones, guerras, desastres ambientales, violencias y otras vulneraciones graves de Derechos Humanos.

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Este 20 de junio, Día Mundial de las Personas Refugiadas, en un contexto de grave preocupación por el ejercicio de este derecho internacional tras la aprobación del Pacto Europeo de Migración y Asilo, hacemos una llamada urgente para reclamar un modelo más respetuoso con los Derechos Humanos, recordando que la política migratoria que desarrollemos será un reflejo de los valores que, como sociedad, queremos transmitir.

El asilo supone el ejercicio de un Derecho Humano, recogido formalmente en el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que consagra como tal el derecho todas las personas a buscar protección fuera de su país de origen en caso de huir de un conflicto que ponga su vida en peligro; o en caso de tener riesgo de sufrir persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un determinado grupo social; incluyendo la persecución por motivos de género y sexualidad.

Reclamamos un modelo justo, basado en Derechos Humanos y en solidaridad real, que no vacíe de contenido un derecho internacional mediante fórmulas jurídicas complejas y que tenga a la persona como elemento central de la política.

Las personas refugiadas viven en una situación de extrema inseguridad, incertidumbre y vulnerabilidad. Se enfrentan a abandonar sus hogares y en muchas ocasiones a atravesar trayectos peligrosos. En el caso de las mujeres y las niñas, debemos sumar la exposición a violencias, también físicas y sexuales.

Como sociedad de acogida, está en nuestra mano apostar por políticas garantistas en cuanto a derechos (como Regularización YA ), con procedimientos accesibles y justos; porque quien solicita protección debe ser sujeto de derecho y porque ello favorecerá sociedades integradas, cohesionadas, diversas y fuertes, donde el racismo no tenga cabida.

En el Movimiento por la Paz llevamos más de cuarenta años trabajando por la defensa de derechos de las personas refugiadas y desplazadas tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. A lo largo del 2023, han sido 2032 las personas acogidas en el programa de Protección Internacional, de 57 países diferentes, principalmente Ucrania, Colombia y Venezuela.