El pacto patriarcal

El pacto patriarcal: un silencio cómplice que perpetúa las violencias machistas

El pacto patriarcal no es un mito ni una metáfora: es una red de complicidades y silencios que permite que los abusos y violencias machistas sigan ocurriendo, protegidos por una sociedad que mira hacia otro lado. Este pacto no necesita reuniones secretas, no se firma en papeles. Es el acuerdo tácito y cobarde que, desde el poder y la comodidad de los privilegios masculinos, elige callar y proteger a los agresores, dejando a las víctimas sin justicia, sin voz y, muchas veces, en la oscuridad de la indiferencia.

¿Qué significa este pacto? Significa que, cuando un hombre comete una agresión, sus amigos, colegas y compañeros eligen mirar a otro lado o, peor aún, justificarlo. Significa que el agresor seguirá adelante con su vida, mientras la víctima soporta el peso del descrédito, del silencio cómplice y de una sociedad que prefiere ignorar la violencia antes que arriesgar la estabilidad del buen nombre de alguien. El pacto patriarcal es el silencio que ampara al agresor y castiga a la víctima. Es la comodidad de no incomodar, de no romper la paz falsa que permite que el abuso, el acoso y las violencias machistas sean algo privado o un error pasajero.

Este pacto es, además, una traición a la justicia. Porque cuando uno calla, no solo guarda silencio; otorga su consentimiento para que esas conductas se sigan perpetuando. La buena imagen de un hombre, la unidad de un grupo, el miedo a romper con la lealtad masculina, se convierten en barreras que aíslan a las víctimas y refuerzan el ciclo de impunidad. Es una traición a las mujeres, a la justicia y a cualquier intento serio de erradicar la violencia de género.

«Que la vergüenza cambie de bando" significa poner el foco en los agresores y no en las víctimas, significa preguntarnos por qué ellos agreden y no por qué ellas no denuncian, significa señalarlos a ellos y no a ellas, significa ser feministas y no solo decir que lo somos» - Macarena Baena Garrido.

Desde el feminismo, sabemos que el cambio no vendrá de quienes se acomodan en el pacto patriarcal. Vendrá del esfuerzo incansable de quienes no toleran las medias tintas ni el silencio cómodo de la complicidad. Romper el pacto patriarcal significa plantarse firme y dejar claro que no hay espacio para abusadores y cómplices en una sociedad justa. Significa que, cada vez que una mujer alza la voz, las máscaras de quienes callan y protegen se caen.

La lucha contra la violencia machista no es negociable. No habrá más excusas, ni amparos. El feminismo no se rinde, no se calla y no acepta un pacto que pretende seguir oprimiendo a las mujeres. Que la vergüenza cambie de bando.