8M: Mujeres con voz propia
En este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, desde el Movimiento por la Paz –MPD- alzamos nuestra voz y nos unimos al grito global que resuena en todos los rincones del mundo. Nos mueve la defensa de la vida, la justicia, la solidaridad, la cooperación y la paz. La lucha feminista ha sido y sigue siendo un motor de transformación, logrando importantes avances en los derechos de las mujeres y empujándonos a seguir adelante para construir un futuro más justo para todas.
En las últimas décadas, hemos sido testigos de los avances impulsados por los feminismos a nivel global, que han fortalecido derechos fundamentales en áreas como el trabajo, la educación, la salud, la participación política y la erradicación de las violencias contra las mujeres. Celebramos hitos recientes como la elección de la primera presidenta mujer en México, la creación del Ministerio de Igualdad en Colombia o avances en otros ámbitos de la sociedad como los deportes con la histórica paridad de género en los Juegos Olímpicos de París 2024. En España, hemos logrado la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad y el fortalecimiento de leyes contra la violencia machista, como la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual y la Ley de Violencia de Género. Sin embargo, aún enfrentamos desafíos persistentes: el aumento de los conflictos armados, las consecuencias del cambio climático, el retroceso en los derechos alcanzados o los recortes a la financiación de la cooperación internacional, promovidos por grupos y gobiernos que imponen modelos patriarcales y violentos en la gestión de lo público y en las relaciones internacionales. Aquí queremos seguir expresando nuestra profunda solidaridad con aquellas mujeres que están sufriendo en sus cuerpos de guerra y violencias múltiples, como las palestinas o libanesas, así como las defensoras de derechos humanos que cotidianamente se juegan la vida en lugares como Guatemala o Colombia. Estas mujeres, a menudo invisibilizadas en el sostén de la vida, son claves en el funcionamiento cotidiano de sus comunidades, en la mediación y resolución de conflictos, y en la protección de su entorno. Por ello, desde el Movimiento por la Paz seguimos apoyando su trabajo y visibilizando sus esfuerzos. Reafirmamos nuestro compromiso con un futuro libre de miedo, injusticia y discriminación. Luchamos por comunidades seguras, por la libertad de decidir sobre la maternidad y los cuidados, por una justicia feminista real y por el derecho a una vida digna. Acompañamos en sus luchas a mujeres diversas: madres, jóvenes, niñas, adultas mayores, mujeres con discapacidad, refugiadas, migrantes, defensoras del medio ambiente, afrodescendientes, indígenas y rurales. En todos los contextos, especialmente en los marcados por la pobreza, la guerra o la desigualdad, no solo enfrentamos violencias, sino que desempeñamos un papel fundamental como sostenedoras de la vida, generadoras de soluciones y constructoras de paz. Vemos que las amenazas globales son múltiples pero también somos muchas las personas que trabajamos sin cesar por cuidar las vidas. Desde el Movimiento por la Paz reafirmamos nuestro compromiso con los feminismos en su diversidad desde visiones antirracistas, ecologistas y pacifistas. Creemos firmemente que sin feminismo no hay paz. Hacemos un llamado a la sociedad y a las instituciones a unirse a esta causa y a trabajar colectivamente por la igualdad y la justicia. Porque no daremos ni un paso atrás. Porque vamos a cambiarlo todo, juntas, siempre.