Cine sobre población refugiada y discapacidad en Cartagena
El Movimiento por la Paz presentó ayer las películas “Refugiados en Líbano: la otra cara de Palestina” y “Jenín-Gilboa: una nueva esperanza para la paz”.
El Centro Cultural de CajaMurcia en Cartagena acogió anoche la proyección de dos documentales en los que se aborda la situación de la población palestina en Oriente Próximo. En primer lugar, se proyectó la película “Jenín-Gilboa: una nueva esperanza para la paz”, del director Jacobo Echeverría, en la que se narra la historia de dos alcaldes, uno israelí y otro palestino, y sus esfuerzos por construir la paz entre sus municipios.
Posteriormente, se proyectó el documental “Refugiados en Líbano: la otra cara de Palestina”, también del director madrileño y coproducido por el Movimiento por la Paz, en el que se aborda la situación de la población refugiada palestina en Líbano, prestando una especial atención a la situación de las personas con discapacidad, ámbito en el que Movimiento por la Paz desarrolla parte de sus proyectos.
Ambas proyecciones, que fueron presentadas y comentadas por Francisca Sauquillo y Érika Cerrolaza, respectivamente presidenta y trabajadora de nuestra organización, se proyectaron en el marco de la exposición “Cooperación ES desarrollo”, organizada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) dentro del programa de actividades de celebración del Año Europeo del Desarrollo 2015, auspiciado por la Comisión Europea.
La situación de la población refugiada palestina
Hoy más que nunca, la situación de la población refugiada palestina en diferentes lugares de Oriente Próximo es muy preocupante. Más allá de las numerosas vulneraciones de derechos a la que se ve sometido en su día a día, la realidad de las palestinas y los palestinos en lugares como Siria o la Franja de Gaza está caracterizada por una enorme vulnerabilidad que amenaza incluso su propia supervivencia.
En Siria, por ejemplo, tras cuatro años de guerra, más de medio millón de personas palestinas que ya eran refugiadas han tenido que volver a desplazarse dentro del país huyendo de las bombas y la destrucción. Es el caso del campo de refugiados de Yarmouk, en Damasco, donde unas 18.000 personas viven atrapadas entre el fuego cruzado de las partes beligerantes.
Por su parte, en la Franja de Gaza, más de medio año después del cese de las hostilidades del pasado verano, aún cerca de 8.000 personas permanecen en los refugios de Naciones Unidas. Además, según datos de UNRWA, se calcula que alrededor de 1.000 niños de Gaza quedaron discapacitados y alrededor de 1.500 huérfanos, a consecuencia de la última ofensiva militar.
El Movimiento por la Paz trabaja en Palestina, Líbano y Jordania desde 1994 para mejorar las condiciones de vida de las personas refugiadas palestinas, y en especial de aquellas con discapacidad, las más vulnerables entre las vulnerables.