Las personas con necesidades especiales, las más vulnerables entre las vulnerables
Según datos de ACNUR, entre un 15% y un 20% de las personas refugiadas sirias no pueden valerse por sí mismas. Dentro de este colectivo incluimos a personas con discapacidad, personas mayores y personas con una enfermedad crónica que les impide realizar su vida diaria.
Uno de los colectivos que más sufre la vulnerabilidad de derechos son aquellas personas con necesidades especiales, donde incluimos a personas con discapacidades y personas mayores.
El 65% de estas últimas, según un informe de Handicap International y HelpAge (.pdf, 2.76 MB), sufre problemas psicológicos; el 77% de ellas tiene necesidades especiales; el 54% sufre de enfermedades crónicas y el 66% sufre algún tipo de discapacidad, de las cuales el 33% es una discapacidad severa.
Por su parte, las personas con discapacidad encuentran las mismas dificultades que las refugiadas sirias, pero acrecentadas. A pesar de que la provisión de servicios básicos de salud se encuentra cubierta por el estado Jordano, esta provisión no incluye las necesidades especiales de las personas con discapacidad y mayores. De esta manera, algunas enfermedades como la diabetes, el asma, los problemas cardiovasculares o diversos problemas severos ocasionados por el conflicto no se encuentran cubiertas y el coste excede lo permisible para esta comunidad.
Según el mencionado estudio, los porcentajes de problemas psicológicos en personas con necesidades especiales aumentan de media un 15% en la población refugiada. Las causas de estos problemas psicológicos suelen ser traumas por el conflicto en Siria, la falta de relaciones sociales y “vida corriente” (una gran mayoría no sale de las casas donde se encuentran), una gran sensación de inseguridad y de falta de dignidad (sobre todo aquellas personas que han sufrido una discapacidad a causa del conflicto y sienten que no pueden mantener a sus familias) y una pérdida de las redes familiares y sociales que anteriormente en Siria ayudaban a estas personas en la vida diaria.
Menores con necesidades especiales
Con respecto a los menores con necesidades especiales cabe mencionar que un elevado porcentaje de ellos no asiste a las escuelas por falta de medios, problemas de accesibilidad o inclusive porque los profesores y las escuelas no se encuentran capacitadas para atender estas necesidades. Esta falta de accesibilidad a una educación va a tener consecuencias muy negativas en el futuro de estas personas, especialmente en su capacidad (y derecho) a ser autónomas y formar parte activa de la sociedad.
Tampoco existen espacios en Jordania o Líbano donde las y los menores con necesidades especiales puedan realizar actividades sociales o interactuar con otras personas, lo que les obliga a permanecer largo tiempo dentro de las casas sin ningún tipo de atención. Existen también otras particularidades dentro de los niños y niñas con discapacidad. Un 10% de los niños atendidos en Jordania y Líbano sufren problemas en el habla debido al estrés post traumático del conflicto y la situación de refugiado.
Casi el 40% de las discapacidades entre las mujeres se debió a complicaciones durante el embarazo o el parto
Existen muy pocos datos de las mujeres y niñas refugiadas con necesidades especiales en Jordania. Sin embargo, un informe realizado por el Movimiento por la Paz para la AECID a principios de 2014 entre mujeres con discapacidad de la región de Zarqa (jordanas, sirias y palestinas) revelaba que sólo el 43,9% de las mujeres con discapacidad había recibido algún tipo de educación. Por otro lado, en el informe se afirmaba que la mayor parte de las mujeres encuestadas pasaban su tiempo de ocio en casa viendo la televisión debido a las numerosas barreras sociales y físicas para participar en actividades sociales a pesar de demostrar interés en realizarlas.
Según el Modelo de Desarrollo Humano (RIPPH, 1996), la discapacidad proviene tanto de factores personales como sociales, con lo cual el género es un vector muy importante en su desarrollo. Además, el estudio mencionado reveló que el 38,6% de las discapacidades entre las mujeres se debió a complicaciones durante el embarazo o durante el parto y que el 31,6% de las mujeres con discapacidad son víctimas de violencia (el 50% de tipo físico y la mayoría de los perpetradores son hombres: padre, hermanos, esposo o vecino). Es por ello que se debe dar una especial atención a las mujeres con necesidades especiales pues la vulneración de derechos a la que están sometidas se ve acrecentada por su condición de género y discapacidad.