El pastoreo: un estilo de vida resiliente frente a numerosos desafíos
La ganadería pastoril y agropastoril (o pastoreo) es un sistema de producción basado en una ganadería extensiva que valoriza mayoritariamente los pastizales naturales. Este sistema, utilizado por comunidades que viven en contextos a menudo marginales, está asociado con un estilo de vida basado en un vínculo especial entre el hombre, el animal y la naturaleza.
En muchas regiones, la ganadería pastoril se basa principalmente en los pastizales naturales y en la valorización de los residuos de los cultivos. Su viabilidad es el resultado de una maestría tradicional que se basa en tres pilares: la selección y combinación de diferentes especies de herbívoros adaptados al medio; la utilización gracias a la movilidad de pastos naturales diversos; y sobre todo el capital social de la movilidad que permite a los grupos de pastores de mantener y desarrollar las alianzas con los grupos sedentarios y los actores de los mercados de las muchas localidades recorridas.
La ganadería pastoril contribuye sustancialmente a la mejora de la fertilidad de los suelos mediante las transferencias de materia orgánica que se producen entre las zonas de pastoreo y los espacios cultivados y valoriza lo mejor posible los recursos disponibles en las distintas estaciones, gracias a los conocimientos ecológicos del medio acumulados a lo largo de los años por los ganaderos.
Lo que confiere resiliencia al sistema pastoril es la movilidad. Durante las sequías, la movilidad constituye en gran medida el medio de limitar las pérdidas cuando los ganaderos pueden acceder a las zonas de retirada estratégicas: humedales, áreas protegidas, pastizales sudanianos, encontrando condiciones más favorables para los intercambios de cereales y ganado.