Rotunda condena a los recientes bombardeos en Siria

Rotunda condena a los recientes bombardeos en Siria

De conformidad con sus principios fundacionales, el Movimiento por la Paz -MPDL- ha rechazado y rechaza la guerra desencadenada en Siria en el convencimiento de que es necesario redoblar esfuerzos para lograr la solución del conflicto por vías pacíficas que eviten la confrontación armada. Con esta perspectiva, expresamos nuestra más enérgica condena ante los últimos hechos sucedidos en el país, que reflejan una escalada belicista en el enfrentamiento.


En primer lugar, condenamos rotundamente los recientes bombardeos en Damasco y Homs, exigiendo a la comunidad internacional que tome las medidas necesarias para iniciar un proceso de paz en el que Naciones Unidas ocupe un papel protagonista con el único objetivo de garantizar la seguridad de la población.

Por tanto, rechazamos el bombardeo con misiles sobre territorio sirio, efectuado con el argumento de constituir una represalia por el uso de armas químicas por parte del gobierno sirio. Toda acción unilateral que se realice al margen del ámbito institucional y normativo de los organismos internacionales supone una fisura del derecho internacional, carece de legitimidad compartida y conduce, por tanto, a una escalada del conflicto militar.

Consideramos que cualquier medida de control o represalia al respecto debe realizarse como expresión de la decisión de los organismos internacionales y de acuerdo al derecho internacional que las preside. En este contexto, rechazamos también la actitud de los gobiernos que impiden con su veto, por razones geoestratégicas, que Naciones Unidas pueda dar una respuesta adecuada a crímenes de lesa humanidad como los que se evidencian en la guerra en Siria.

No tenemos que elegir entre unos belicistas y otros sino buscar y proponer vías pacíficas que detengan el inhumano conflicto que asola Siria y ofrezcan una oportunidad para la convivencia pacífica en el país.

El Movimiento por la Paz está encaminado a la consecución de un gran objetivo: conseguir una sociedad, un mundo que viva en una Cultura de Paz. Nuestro trabajo parte de la convicción de que la paz es mucho más que la mera ausencia de guerra. Hablar de PAZ, en mayúsculas, es hablar de igualdad de oportunidades para todas las personas; de respeto de los derechos y libertades; de solidaridad y cooperación entre todas las personas para construir un mundo articulado en el bienestar compartido y la justicia social.