25N: Es violencia
Este 25 de noviembre, Día internacional contra las violencias machistas, queremos visibilizar las múltiples formas de violencia estructural que afectan a todas las mujeres en el mundo.
Bajo el lema “Es violencia”, destacamos que la violencia hacia las mujeres y las niñas no es solo física o directa, se manifiesta a través de estructuras y condiciones impuestas que las sitúan en posiciones de mayor vulnerabilidad y limitan su desarrollo, especialmente en un contexto de crisis superpuestas y desigualdad global.
ES VIOLENCIA...
- La pobreza y la desigualdad de oportunidades que mantienen a mujeres y niñas atrapadas en ciclos de dependencia y precariedad, la feminización de la pobreza o la pobreza menstrual. La falta de leyes o las leyes injustas para paliarlas.
- La diferencia salarial, la brecha laboral y la tecnológica y digital que limitan el empoderamiento económico y refuerzan la dependencia de muchas mujeres.
- Las dobles, triples, cuádruples jornadas, la falta de tiempo y espacios propios, las cargas mentales que soportan las mujeres por el hecho de serlo.
- La violencia psicológica, económica, ambiental, sexual… dentro de la pareja .
- La falta de respeto a la soberanía corporal de las mujeres, la violencia sexual, la trata de mujeres y niñas y la explotación sexual. El acoso sexual, callejero, en el trabajo, en centros educativos, en redes sociales…
- La cosificación del cuerpo de las mujeres, las presiones culturales y estéticas con respecto a sus cuerpos, la imposición de la normatividad como estándar de belleza en niñas y mujeres.
- Las prácticas nocivas, como la mutilación genital femenina, los matrimonios forzosos o los embarazos tempranos, que privan a miles de niñas y jóvenes de su infancia, educación y desarrollo pleno.
- La exclusión de mujeres racializadas, mayores y/o con discapacidad de los espacios de toma de decisiones limita su acceso a derechos y frena su prosperidad.
- El impacto diferenciado de las guerras y conflictos en las mujeres y las niñas.
- La exclusión de mujeres de los espacios de participación y decisión política, incluyendo aquellos en los que se gestionan los conflictos así como la invisibilización de su papel en la construcción de paz.
- La injusticia climática y la vulnerabilidad frente al cambio climático, que afecta especialmente a las mujeres y niñas en comunidades empobrecidas. Ellas enfrentan mayores riesgos al tener menos acceso a recursos, mientras que las prácticas patriarcales y discriminatorias dificultan su capacidad de adaptación y recuperación.
- El extractivismo y la explotación de los bienes naturales en los territorios, que no sólo despoja a las comunidades, muchas de ellas indígenas o pertenecientes a grupos étnicos, sino que también aumenta la violencia y amenaza la seguridad de las mujeres que luchan por la protección de estas tierras.
- La imposición de un modelo económico y cultural que desvaloriza los conocimientos y sistemas de vida tradicionales, y que invisibiliza el rol de las mujeres en el cuidado de la vida y la sostenibilidad de los ecosistemas.
En el Movimiento por la Paz -MPDL-, trabajamos por los derechos de las mujeres (la mitad de la población del planeta) y frente a las violencias machistas en España y en los 11 países de América Latina, África y Oriente Próximo en los que actuamos.
Invitamos a la sociedad a unirse a la lucha contra estas violencias estructurales y a sumarse a una visión de paz feminista, justa, diversa y reparadora.