18D: Día Internacional de las Personas Migrantes

18D: Día Internacional de las Personas Migrantes

Naturalizar las migraciones y los movimientos humanos, eliminar la división del ‘otro’ y promover la Cultura de Paz resulta fundamental para la construcción de sociedades acogedoras, abiertas y plurales, el único camino posible para la convivencia pacífica.


En el Día Internacional de las Personas Migrantes queremos destacar la migración como un proceso natural de las personas: migrar es un proceso innato a los seres humanos, vinculado al desarrollo y a la evolución de todas las sociedades y culturas que se produce de manera constante desde hace miles de años.

En las últimas semanas hemos llevado a cabo la campaña Yo migré por para visibilizar lo común que nos une a todas las personas sin excepción: las emociones. Migrar es humano, las emociones también. Porque es necesario naturalizar las migraciones y los movimientos humanos, fenómenos que se han sucedido a lo largo de la historia en todos los países, conformando la riqueza humana y cultural de cada uno de ellos. Promover la comprensión sobre los procesos migratorios supone dejar de lado la visión divisoria del otro para vernos simplemente como personas, las cuales sentimos lo mismo, con las mismas emociones, deseos y sueños, sin importar nuestro origen o procedencia.

Debemos, a su vez, buscar soluciones conjuntas y duraderas para garantizar los derechos de las personas migrantes en situación de mayor vulnerabilidad. Las discriminaciones, la falta de derechos, de oportunidades, de una situación regular y de redes de apoyo les imposibilitan a acceder a un empleo, a una vivienda digna, a crear un proyecto de vida en la sociedad de acogida. Construir sociedades acogedoras, humanas, solidarias y colaborativas es responsabilidad de todas y todos nosotros: instituciones, administraciones, entidades sociales, ciudadanía, medios de comunicación... todas tenemos un rol que cumplir para promover la convivencia pacífica y sociedades más justas para todas.

Nuestro trabajo parte de la convicción de que la paz es mucho más que la ausencia de guerra. Hablar de PAZ, en mayúsculas, es hablar de igualdad de oportunidades para todas las personas, de respeto de los derechos y libertades, de solidaridad y cooperación entre todas las personas para crear un mundo de bienestar compartido y justicia social.

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