Colombia dice “No”: una oportunidad perdida para la Paz
El pueblo colombiano rechazó ayer en las urnas con el 50,2% de los votos los Acuerdos de Paz firmados entre el Gobierno y las FARC-EP. Un resultado sorprendente que añade aún más dificultad al reto de dejar atrás el conflicto armado en el país, y que nos obliga a todos y todas a redoblar los esfuerzos por alcanzar la Paz.
Desde el Movimiento por la Paz respetamos el resultado del plebiscito pero lamentamos la victoria del “no”, en tanto que representa una oportunidad perdida para avanzar en el camino hacia la paz. A pesar de que los Acuerdos firmados entre el Gobierno y las FARC puedan ser mejorables, representan el fruto de un dilatado proceso de negociación y constituyen una vía concreta de avance sobre la que cimentar la tan ansiada paz en Colombia.
Más allá del resultado, vemos con preocupación algunas cuestiones relacionadas con la celebración del plebiscito que demuestran la necesidad de seguir trabajando para aumentar los niveles de empoderamiento de la población, de forma que se fomente su apropiación y su participación en la gestión de las cuestiones colectivas del país.
Grandes diferencias en la distribución de los votos
Los escasos niveles de participación (37,43%); la significativa coincidencia en la distribución regional de los votos del plebiscito y de las elecciones presidenciales de 2014 que demuestra el peso de la politización del proceso de paz en el voto; o la enorme diferencia entre el signo del voto en zonas castigadas por el conflicto y en aquellas que lo sufrieron menos (de los 81 municipios más afectados por el conflicto, en 67 ganó el Sí y solo en 14 ganó el No), hablan de deficiencias importantes en cuestiones fundamentales, como la redistribución de la riqueza y el poder entre territorios y grupos de población, o la construcción de una verdadera ciudadanía informada y crítica, empezando por los colectivos más vulnerables.
Los resultados del plebiscito muestran una enorme polarización de la ciudadanía en torno a los Acuerdos de Paz. Por ello, con el fin último de alcanzar una paz real y duradera en el país, instamos al conjunto de actores (políticos, sociales, económicos, etc.) involucrados en el proceso de negociaciones a seguir buscando soluciones desde el diálogo y la honestidad, y dejando a un lado intereses políticos o partidistas particulares, para conseguir una Paz basada en unos acuerdos que gocen de la mayor legitimidad posible entre el pueblo colombiano.
En estos momentos de complejidad e incertidumbre, el Movimiento por la Paz, como organización con presencia ininterrumpida en Colombia desde 1997, reafirma su firme voluntad de seguir trabajando tanto con colectivos vulnerables afectados por el conflicto armado como con las instituciones nacionales e internacionales implicadas, para avanzar hacia la paz a través del empoderamiento de las comunidades locales para que ejerzan su ciudadanía en un marco de paz y justicia social.