El desarme de las FARC, otro avance en la Construcción de Paz en Colombia
Delegación de la Unión Europea en Cuba
Colombia ha vivido en los últimos años un largo proceso de paz entre la guerrilla más antigua de América Latina, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno de Colombia, que ha tenido sus luces y sombras.
Sombras como la no aprobación en plebiscito por parte de la población colombiana del texto del acuerdo a finales del año pasado. Pero también luces como lo ocurrido el pasado 27 de junio con la culminación de una de las etapas de este largo proceso con la entrega por parte de la guerrilla de la totalidad de sus armas individuales. La ONU terminó de recibir el día 26 más de 7.000 fusiles, pistolas, lanzagranadas, etc. de manos del mismo número de excombatientes y ambas partes lo celebraron en un acto en Mesetas, un territorio donde la insurgencia ejerció la ley durante décadas y en el que miles de excombatientes recuperarán ahora su estado civil.
El Movimiento por la Paz -MPDL- llegó a Colombia en 1994, y durante estos años ha impulsado el desarrollo de iniciativas civiles para la transformación de las condiciones estructurales que sustentan el conflicto, con el objetivo de promover la protección, el restablecimiento de derechos y la reparación de víctimas afectadas por la guerra y la población más vulnerable. En este sentido, el Movimiento por la Paz apuesta por la construcción de una paz duradera y justa para todos, y celebra pasos como el desarme por parte de las FARC.
A partir de este trabajo, ha logrado la consolidación de un modelo integral de Construcción de Paz que en los últimos años ha beneficiado a cerca de 5.000 personas. Concretamente, el trabajo del Movimiento por la Paz en Colombia ha permitido:
- Promover la permanencia en el territorio de las comunidades.
- Fortalecer el capital social y reorganizar estructuras asociativas y comunitarias.
- Recuperar la confianza frente a los procesos colectivos y las posibilidades legales para el restablecimiento de derechos.
- Acompañar, visibilizar y reparar a mujeres víctimas de violencia sexual.
- Empoderar a hombres y mujeres para superar los traumas causados por el conflicto.
- Fortalecer procesos de participación colectiva y restitución de ciudadanía.
- Construcción y movilización de propuestas regionales para la defensa de derechos y la promoción de modelos de desarrollo construidos por las comunidades.
- Atender en emergencia y con ayuda humanitaria a personas víctimas del conflicto armado y de desastres naturales.
- Acompañar a víctimas del conflicto armado en sus procesos de restablecimiento y reparación integral y en la búsqueda de garantías de no repetición.
- Acompañar a las víctimas del conflicto armado en el análisis del proceso de paz y en la formulación de sus propuestas de paz.
Pero estos importantes avances no deben hacernos olvidar que la paz no está hecha, sino que se debe seguir construyendo, y que se trata de un camino largo y complicado con numerosos riesgos como el Movimiento por la Paz ha constatado en procesos similares como lo vivido en Guatemala. Criminalización de los defensores/as de derechos humanos, aumento de la violencia contra las mujeres, aparición de nuevos grupos armados y ocupación del territorio dejado por las FARC los que todavía quedan activos son algunos de los obstáculos que hoy día se viven en el país y sobre los que el Movimiento por la Paz va a seguir trabajando en pro de minimizar los riesgos y seguir construyendo paz en el país.