El Salón de la Reina del Museo de América ha sido el escenario escogido para presentar en España el Museo Itinerante de la Memoria de los Montes de María (Colombia), en un acto organizado esta mañana por el propio Museo de América y el Movimiento por la Paz –MPDL-.

En el acto de presentación han participado Concepción García Sáiz, directora del Museo de América, Francisca Sauquillo, presidenta del Movimiento por la Paz, y Soraya Bayuelo y Beatriz Ochoa, representantes de la organización colombiana Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21.

Precisamente las representantes de esta organización han sido las encargadas de presentar con todo lujo de detalles el significado y objetivos de un museo, el Museo Itinerante de la Memoria (MIM), que nace con la intención de “rememorar los acontecimientos vividos por la población de los Montes de María en el marco del conflicto, de forma que no caigan en el olvido y no se vuelvan a repetir”, según Beatriz Ochoa.

Por su parte, Soraya Bayuelo ha rememorado los orígenes del museo y la razón de su carácter de itinerante, ya que el objetivo es que “llegue a todo el mundo, llevarlo a zonas donde nadie llega y donde el conflicto ha causado mucho sufrimiento”.

Por último, Bayuelo ha asegurado que en el museo “se narra el conflicto pero también la esperanza. Es un homenaje a los ausentes. Queremos recuperar la palabra y exponer la opinión pública de la gente; es una plataforma de reparación simbólica”.

Por su importancia estratégica y económica, la región de los Montes de María, situada al noroeste del país, ha sido una de las que ha sufrido con mayor crudeza las consecuencias del conflicto armado colombiano. Durante décadas, grupos guerrilleros y paramilitares se han disputado el control de la zona en una situación de enfrentamiento militar abierto. Como consecuencia, la población civil ha sufrido masacres, desplazamientos masivos, secuestros, violencia sexual, etc.

Debido al conflicto armado interno, que se ha prolongado durante más de 50 años, la República de Colombia representa el país con mayor número de población refugiada y desplazada, con más de cinco millones de personas. Además, es el tercer país más desigual (sólo superado por Haití y Angola) y tiene una de las mayores concentraciones de la propiedad sobre la tierra del mundo.