Personas refugiadas: formación laboral para una vida digna
Que haya personas en busca de refugio muestra que hay algo que no funciona bien en el mundo. Quienes se van de su lugar de origen por temor a la persecución, al conflicto, a la violencia, o por otras circunstancias que amenazan su vida en sus países, requieren de la protección internacional.
Actualmente hay más de 82 millones de personas desplazadas dentro de sus propios países, y alrededor de 26 millones han tenido que refugiarse en otros estados.
En Cantabria, tres organizaciones se encargan del sistema de acogida de personas refugiadas, Movimiento por la Paz, Nueva Vida y Cruz Roja. La acogida implica, además de albergue temporal y alimentación, el trámite de permisos de residencia, de trabajo, tarjeta sanitaria, escolarización si es el caso y desarrollo de destrezas para su pronta integración social con autosuficiencia económica.
Desde todo punto de vista, es un derecho de las personas refugiadas lograr su inserción laboral y social, arraigarse y tener la oportunidad de asentarse donde decidan hacerlo e, incluso, regresar por su voluntad a sus países. Movimiento por la Paz reiteradamente hace llamamientos a gobiernos, organismos internacionales y a la ciudadanía para buscar soluciones reales y proporcionar a estas personas, tanto en Europa como en sus países de origen, las condiciones que les permitan vivir con seguridad y dignidad.
El Programa de Protección Internacional
El programa de acogida de Movimiento por la Paz se orienta a garantizar la cobertura de necesidades básicas a personas solicitantes de protección internacional. Cabe señalar que, quienes solicitan asilo, son por lo general personas bien formadas y con largos años de experiencia laboral. La acogida se complementa con un proyecto individualizado de intervención, encaminado a apoyarles en su proceso de integración.
Este proyecto individualizado implica, además de asesoría legal para completar trámites administrativos que deriven en permisos de residencia y trabajo, la adecuada provisión de cursos de formación profesional y de aprendizaje del castellano, en tanto que son requisitos para obtener trabajo lo mismo que para integrarse socialmente.
En la actividad de orientación laboral, que la organización brinda en Cantabria desde hace 5 años, “la experiencia está llena de satisfacciones precisamente porque las personas atendidas muestran una actitud positiva, de apertura, de entusiasmo y esfuerzo propio por aprender, adaptarse e integrarse” señala Ruth Puente, responsable del área de laboral del Programa de Protección Internacional.
Agrega que “los cursos que toman les implica la jornada completa de casi todos los días de la semana, puesto que los programas formativos están diseñados para transmitir el máximo de contenidos en mínimo tiempo. Hasta hace pocos años el plazo, estipulado por el gobierno para la acogida institucional, era de 30 meses y ahora es de 18; razón por la cual el proceso de aprendizaje del idioma y de formación profesional ha sido comprimido”.
Sectores profesionales de inserción laboral de quienes han pasado |
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Hostelería |
Comercio |
Peluquería |
Dificultades en el proceso de inserción laboral
También comenta que, “dentro de este plazo hay muchas personas que reciben denegación de asilo, incluso al primer mes de realizada la solicitud y, por lo tanto, tienen que salir del programa. En este caso las personas pasan a tramitar su residencia por arraigo, y buscan empleo con contrato laboral, que es requisito para obtener la residencia. Enfrentan muchas dificultades, incluso el obstáculo de la seguridad social que borra el tiempo laborado si el trabajo se interrumpe antes del año estipulado en el contrato”.
También salen del programa quienes comienzan a trabajar, aunque no hayan concluido los 18 meses establecidos como necesarios para lograr el empoderamiento sobre derechos y deberes ciudadanos, además de mejor manejo del idioma, entre otras desventajas que por ley ha de cumplirse.
Asimismo, comenta que “en la búsqueda de empleo y en la inserción laboral hay dificultades. Una es el manifiesto racismo en ciertas empresas, que explicitan no emplear a personas negras, árabes y extranjeras según su origen, independientemente de la formación, incluso académica, que estas tengan. Otra dificultad estriba en que la homologación de estudios realizados tarda mucho tiempo, entre 2 y 5 años, y en muchos casos es denegada”.
“Una tercera traba es contar con permiso de conducir, ya que 75% de los empleos lo requiere, y es un proceso caro, demorado y dificultoso. Además, estas personas no tienen ordenador y cada vez tienen menos recursos y accesos. Las dificultades son aún mayores para las personas mayores de 50 años”. Estas circunstancias en la acogida por la sociedad cántabra pueden mejorarse, tarea que incluye a las administraciones y a la ciudadanía.
Para la inserción laboral, el programa se aboca a las empresas que son más receptivas, permeables a la inclusión al valorar que en la diversidad hay mayores oportunidades de creatividad y crecimiento. Una vez colocadas, a las personas y a las empresas se les da un seguimiento durante mínimo 6 meses, valorando desempeños y cumplimiento de derechos laborales.
PC Box
PC Box Santander es una empresa con más de 25 años de operaciones en el mercado de la informática y la electrónica; vende una amplia diversidad de productos de esta gama, presta servicios de reparación, cambios y mejoras; además provee servicios de formación profesional en informática.
CEINMARK
La empresa Centro de estudios CEINMARK, es un centro concertado, oficial y subvencionado en ciclos formativos de Formación Profesional, enmarcado dentro de la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria.
Hairkrone
La empresa Hairkrone Academy Santander es una academia dentro del sector de la peluquería, barbería y estética. Sigue la filosofía de que todo gira en torno a las y los alumnos, su desarrollo personal y profesional, animando a desarrollar una larga trayectoria profesional en el sector, incluso emprendiendo un negocio propio.
Formación laboral adaptada a cada grupo y persona
Ruth señala que “dado que muchas de las personas atendidas por el programa tienen una profesión, incluso universitaria, y amplia experiencia de trabajo, al llegar esperan insertarse laboralmente en su sector; no obstante, tienen que tomar cursos de formación para insertarse en sectores laborales distintos, o a niveles inferiores a sus desempeños anteriores, tanto por la urgencia de encontrar trabajo como por otras circunstancias que les son ajenas”.
De ahí la importancia de encontrar la formación en la que encajen los perfiles de cada persona; por tanto, “lo primero que se hace es conocer a cada una y, según la suma de semejantes, se formulan los cursos con las empresas que aplican el método de aprender haciendo en la práctica. Cada año hay diferentes cursos, adaptados a los perfiles de las personas” afirma.
Y agrega que, “para facilitar estos cursos, Movimiento por la Paz tiene convenios con varias empresas que proveen formación como PC Box Santander, Centro de estudios CEINMARK y Hairkrone Academy Santander, entre otras, en tanto que ofrecen cursos de formación profesional a la medida precisa de las personas que han de tomarlos”.
Las personas que concluyen el programa de Movimiento por la Paz y quienes se ven obligadas a abandonarlo antes, muestran que valoran mucho la atención individual, la información que se les ofrece, el apoyo que reciben para completar los trámites administrativos, la oportunidad de acceso a recursos y a cursos de formación, así como el acompañamiento a desenvolverse en entrevistas, entre otros servicios.
Alguns cifras sobre inserción social y laboral
- De 207 personas participantes del programa de formación y empleo a 24/06/2022: 3 han retornado a su país de origen y 11 han ido a vivir a Alemania, Portugal y EEUU.
- De las 192 personas que continúan en España:
- 147 (77%) están trabajando:
- 129 con contrato de trabajo (67%) indefinido o por obra y servicio
- 18 sin contrato (9%) porque les han denegado la protección internacional y aún no tienen permiso de residencia y trabajo.
- No pueden trabajar 45 personas (23%):
- 13 de ellas (7%) porque aún no tienen permiso de trabajo en su documentación (tarjeta blanca de residencia sin permiso de trabajo)
- 21 personas (11%) porque aún están aprendiendo español o acaban de llegar al programa y no ha habido tiempo para facilitar su inserción laboral
- 11 personas (6%) con denegación de protección internacional, sin permiso de residencia y trabajo, son mayores de 60 años, o con discapacidad, o con problemas de conciliación del cuidado de los menores, lo que les dificulta encontrar empleo, aún sin contrato.
- 147 (77%) están trabajando:
*Las personas con estatus de refugiadas que no consiguen trabajo son las únicas que pueden acudir a la ayuda social.