Debemos seguir trabajando por sociedades más justas desde la Cultura de Paz

Francisca Sauquillo: "Debemos seguir trabajando por sociedades más justas desde la Cultura de Paz"

Hoy 24 de mayo conmemoramos el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme, una celebración histórica que comenzó en la década de los años 80 impulsada por mujeres pacifistas en Europa y Estados Unidos contra la OTAN y la carrera nuclear. Este año nos enfrentamos a la emergencia COVID-19, otro reto histórico global donde las mujeres ostentan, una vez más, un rol fundamental.


A lo largo de la historia las mujeres han sido agentes cruciales en la construcción de paz en el mundo, pero en demasiadas ocasiones han sufrido por ello la invisibilización y la violencia. Mientras avanzamos para hacer frente a las consecuencias sanitarias, sociales y económicas de la emergencia COVID-19 debemos también abordar los efectos que está teniendo en la vida de millones de mujeres, ahondando en la ya profunda feminización de la pobreza y en la violencia de género durante el confinamiento en todo el mundo.

Y aunque el foco global se centra en la emergencia, no podemos olvidar a todas aquellas mujeres que siguen luchando para construir sociedades más justas, equitativas y libres de violencias, en definitiva, sociedades más pacíficas, ahora en un contexto aún más adverso y complejo.

Mujeres de distintos ámbitos, activistas y defensoras de Derechos Humanos que trabajan por el bien de sus comunidades ante la escasez de recursos básicos y violaciones de derechos; por el respeto de un medio ambiente amenazado y explotado; por el acceso a la educación de niñas y mujeres en sociedades donde quedan relegadas a una vida sin futuro; contra las violencias sexuales, los abusos y la explotación en todas sus formas. Mujeres que están sosteniendo nuestras sociedades durante la emergencia COVID-19, donde la feminización de los cuidados y de buena parte de los servicios esenciales en condiciones de extrema precariedad están permitiendo que sigamos adelante. El rol de las mujeres para abordar esta emergencia y aportar soluciones para salir de ella está siendo y será crucial, por lo que seguimos reclamando justicia, derechos y dignidad.

Porque solo saldremos adelante como sociedades si la reconstrucción tras la emergencia COVID-19 se fundamenta en la justicia social, el respeto de los Derechos Humanos, la cooperación y el diálogo también ante las diferencias. Las personas unidas, sin odio y sin violencias, somos más fuertes, más resilientes, mejores. Debemos seguir trabajando por sociedades más justas únicamente desde la Cultura de Paz.

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