El pasado día 19 de noviembre, el Consejo de Ministros aprobó la norma que modifica el Reglamento de la Ley Orgánica de Extranjería. Era una aprobación esperada por las ONG que, como el Movimiento por la Paz -MPDL-, trabajamos por los derechos de las personas migrantes.

Desde el Movimiento por la Paz recibimos con satisfacción esta modificación, que supone afrontar de una manera coherente las necesidades sociales y la realidad migratoria en España, flexibilizando el acceso a la residencia y al trabajo. Especialmente positivo resulta la regulación del acceso a la residencia por causas excepcionales.

Lamentablemente, la modificación ha excluido a un grupo importante de personas: los solicitantes de protección internacional, que se quedan fuera de los cauces previstos para obtener residencia. En la decisión subyace una clara intención disuasoria: no solicites protección internacional porque, si lo haces, no podrás beneficiarte del acceso a residencia por vía de extranjería. Y se hace excluyendo del cómputo de tiempo de permanencia, necesario para obtener una residencia por arraigo, el transcurrido desde la solicitud de protección hasta la denegación administrativa (o judicial si se recurre).

Solicitar protección es un derecho internacional, hablamos de migraciones forzadas por violencias, desastres climáticos, guerras y un largo etcétera. Las solicitudes de protección internacional están tardando alrededor de 18 meses en ser resueltas y, una vez resueltas, apenas se conceden. La norma ahora no solo imposibilitará compaginar ley de asilo con ley de extranjería, también penaliza abiertamente a quienes intenten esta protección. La solución no estaba en disuadir del ejercicio de un derecho, la solución estaba en agilizar las respuestas que la Administración da a las peticiones de protección.

En un contexto en el que, por determinación de las normas europeas, vamos a ver más cambios en lo que afecta a solicitantes de protección internacional, desde el Movimiento por la Paz seguimos reclamando una visión basada en Derechos Humanos:

En esta, y en todas las normativas, es indispensable considerar que los Derechos Humanos son la regla general a ser respetada sin que otras consideraciones puedan oponerse.