Mantenemos una cooperación y atención humanitaria para proteger la vida y promover los derechos de las personas refugiadas. Tras la activación de la Ley de Defensa Nacional, hemos llevado una Evaluación Rápida de Necesidades para valorar la situación de las personas beneficiarias de nuestros programas. Tras un primer análisis, hemos identificado las prioridades de 25 familias en situación de vulnerabilidad en la zona de Zarqa, a las que hemos apoyado en sus necesidades más básicas y prioritarias con la entrega de alimentos y productos de higiene o proporcionando, entre otras acciones, el acceso a información sobre la COVID-19.
Protegemos y promovemos los derechos de las personas refugiadas en un país al límite de sus capacidades, donde el confinamiento y el deterioro de la situación socio-económica nos ha llevado a evaluar con urgencia las necesidades y prioridades de la población. A día de hoy, y manteniendo en todo momento las medidas de protección y seguridad de todo nuestro personal, hemos hecho entrega de productos de primera necesidad (comida, higiene) a 200 familias en situación de gran vulnerabilidad en las municipalidades de Baalbek y Bar Elias y seguimos identificando necesidades en los campos de personas refugiadas.
Defendemos el derecho a la salud y la alimentación y, como resultado de la crisis del COVID-19, atendemos la inseguridad alimentaria y nutricional de la población como principal necesidad identificada. A este respecto, distribuimos alimentos y kits de higiene a 1500 hogares vulnerables en los círculos de Kita y Diéma y realizamos campañas de sensibilización sobre nutrición y medidas preventivas frente a la epidemia.
En todas estas actuaciones, garantizamos la seguridad de nuestro equipo mediante la compra de materiales de prevención y protección y, en la medida de nuestras posibilidades y recursos, apoyamos a las estructuras sanitarias del país y a su personal sanitario en este aspecto.
Mejoramos la resiliencia de las comunidades rurales y evaluamos sus necesidades más urgentes en el contexto de crisis estructural que vive el país.
En coordinación con las autoridades sanitarias nacionales, hemos puesto en marcha un paquete de medidas de prevención frente a la propagación de la COVID-19: formación a nuestros propios equipos para que a su vez formen y sensibilicen a las comunidades sobre medidas preventivas, identificación de posibles casos y gestión comunitaria de la crisis; adquisición de productos de primera necesidad para los centros sanitarios locales -mascarillas, guantes, jabón y lejía- y campañas de sensibilización.
La crisis de la COVID-19 se suma a problemas estructurales de largo recorrido, como la inseguridad alimentaria o la escasez de recursos económicos. Para paliarlo, y puesto que ahora comienza la campaña agrícola en Níger, hemos distribuido 5,5 toneladas de semillas mejoradas de diversos cultivos entre 607 familias en situación de vulnerabilidad..
Hemos apoyado a las autoridades saharauis en la realización de una campaña de desinfección extra en espacios comunes de todos los campamentos, como son los exteriores de las wilayas, los corrales y los centros sanitarios. Para ello se ha dotado al personal de materiales de seguridad -guantes, mascarillas, monos y botas- y se han adquirido desinfectantes.
Seguimos apoyando al sistema público de gestión de residuos en la incentivación de los y las trabajadores/as del sistema, así como en la compra de materiales de seguridad e higiene. Se ha reformado, además, la compra de materiales de seguridad e higiene para los centros de protección de los campamentos.
Resulta necesaria la desinfección regular de las wilayas, así como la compra y distribución de alimentos y productos de higiene y limpieza de primera necesidad.
Nestras organizaciones socias están distribuyendo kits de necesidades básicas de alimentación e higiene a personas migrantes y familias en situación de vulnerabilidad en la ciudad de Oujda.
Estamos trabajando en la adaptación de las formaciones y encuentros a las medidas de distanciamiento social y planificando campañas de sensibilización e incidencia. En ellas incluimos entrevistas a líderes y lideresas comunitarias sobre la participación ciudadana para promover la participación de las mujeres desde una perspectiva de igualdad de género y promoción de la participación de la juventud.
Estamos desarrollando nuestras acciones, de forma conjunta con organizaciones socias en terreno, de forma virtual durante la emergencia, y realizando un diagnóstico de los impactos de la pandemia en las poblaciones y colectivos con los que trabajamos: mujeres, jóvenes, población indígena y afrodescendiente, y población víctima del conflicto.
Continuamos la atención a mujeres víctimas de violencia de género y personas defensoras de Derechos Humanos, dando apoyo y seguimiento personalizado a su situación. A su vez, estamos llevando a cabo campañas de sensibilización comunitarias sobre la COVID-19 para impulsar el conocimiento de la población de las medidas y protocolos de prevención del contagio.
Contribuimos a la salud, mediante la adquisición del material de protección y prevención para nuestro equipo y de las poblaciones con las que trabajamos, y prestamos asesoría a las organizaciones, Consejos Comunitarios y pueblos indígenas para la gestión de la crisis y apoyamos sus iniciativas para la gestión de bancos de alimentos o atención en salud.
Contribuimos a la estabilidad social, económica, jurídica e institucional del país mediante la protección de poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad.
Respecto a las personas defensoras de Derechos Humanos, hemos modificado algunas de las acciones que llevamos a cabo para adaptarlas a las necesidades que el COVID-19 está provocando, como la investigación sobre la incidencia de los ataques en este contexto, las campañas de sensibilización en redes, los protocolos de auto-protección o los registros de casos y denuncias.
En cuanto a la atención a las mujeres víctimas de violencia de género, hemos identificado acciones para la crisis y la post crisis, que pasan por la asesoría a mujeres vía telefónica y la realización de campañas de sensibilización tanto en materia de salud e higiene como sobre prevención de la violencia.
Contribuimos a la lucha contra la pobreza y al bienestar de las comunidades llevando a cabo acciones de sensibilización como primeras medidas para evitar la propagación de la COVID-19.
Hemos desarrollado talleres de sensibilización con enfoque de género para concienciar y proporcionar información sobre la pandemia entre el mayor número de personas, participado en programas de radio y elaborado viñetas sobre la COVID-19.
Estamos apoyando el funcionamiento de servicios esenciales a la población durante este periodo de expansión de la pandemia COVID 19. Estamos apoyando el Programa de Agricultura Urbana y Sub-Urbana (PASUF) junto a la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) y a las Cooperativas de Crédito Social (CCS) del Municipio de Marianao en la Provincia de La Habana para reforzar la producción agropecuaria y garantizar el suministro de alimentos a Hogares de Ancianos, Centros de Atención a la Familia y Hospitales, así como el suministro de mercados municipales que abastecen a la población.
Junto al Gobierno de Centro Habana continuamos apoyando al Servicio de Gestión de residuos Sólidos Urbanos para continuar mejorando las condiciones de saneamiento en este importante periodo de pandemia.
